El mimbre se trata de un tipo de material de uso frecuente en muchos hogares. Bien sea en cestos, muebles o canastas, es posible que alguna vez en la vida hayas tenido algo en casa de este material.
En tal sentido, es muy normal que puedas tener dudas con respecto a si se puede mojar el mimbre o no.
¿Cómo se debería limpiar el mimbre?
El mimbre, al igual que otro tipo de fibras como el bambú o ratán, si pueden lavarse con agua. Sin embargo, debes evitar mojarlo excesivamente. En tal sentido, no se aconseja rociarlo directamente con el agua de una manguera o colocarlo bajo el agua del grifo.
Si te detienes a mirar un poco, con seguridad podrás notar que tienes mucho más mimbre de lo que habías pensado. El mimbre es de uso habitual para la decoración, sobre todo en mueblería.
Saber cómo limpiar el mimbre es de gran importancia. Las atenciones que necesita este tipo de material no son iguales a otros como el bambú o la madera, por ejemplo. En la mayoría de los casos, el mimbre es usado para espacios abiertos como un jardín o el porche de una casa.
No obstante, en excepciones no es nada anormal poder encontrarlo en cocinas que tienen banquetas o taburetes elaborados con mimbre. Para evitar que este material se deteriore, es importante saber el paso a paso de cómo limpiarlo. Por ello, existen algunos criterios que debes considerar.
¿Cuál es la composición del mimbre?
Para limpiar el mimbre debes tener en cuenta principalmente, la composición. Es decir, al momento de darle forma al material para obtener el resultado final, se realizan diversos tipos de trenzados con la fibra. Este tipo de composición permite que se pueda acumular polvo y suciedad.
Como en la mayoría de los casos, las piezas de mimbre suelen estar cubiertas por una capa de barniz, la mejor opción de limpieza es retirar el polvo en seco usando vapor. En cambio, si la pieza cuenta con un acabado natural, lo más idóneo es usar una combinación de agua con detergente y proceder a limpiar.
El modo correcto de hacerlo, en este caso, es usando un cepillo de púas y frotando toda la pieza de mimbre hasta retirar cualquier suciedad que pueda tener.
Limpieza del mimbre paso a paso
Como ya hemos destacado antes, este tipo de material suele acumular polvo y suciedad en su estructura. Por esta razón, el primer paso antes de empezar a limpiar es usar una aspiradora para extraer la mayor cantidad de polvo posible.
Como es natural que en los muebles o banquetas que se encuentran elaboradas con mimbre, se acumule el polvo, esta higienización debe hacerse regularmente. Es necesario no olvidar que, si la superficie del mimbre tiene barniz, se debe limpiar usando vapor. De esta manera es posible eliminar el polvo.
En caso contrario, no se aconseja aplicar vapor pues se podría dañar la pieza. Para este tipo de escenarios, basta con usar una mezcla simple de agua con jabón y colocarla en la pieza empleando un pulverizador. Se debe utilizar un paño de microfibras que no se disgregue.
Independientemente del método que hayas aplicado si la pieza se encuentra barnizada o no, lo que procede a continuación, es frotar en dirección del trenzado con un cepillo de púas. De esta manera, la limpieza realizada será más profunda ya que se alcanza toda la pieza de mimbre.
Un truco simple pero efectivo para lograr la limpieza total del mimbre es aplicar con el cepillo una mezcla del zumo de medio limón con agua. Una vez que hayas colocado esta mezcla, debes permitir que la pieza seque de forma natural al aire libre. Sin embargo, no es recomendable que quede expuesta directamente a los rayos solares.
Basta con ubicar la pieza de mimbre en alguna zona en la cual el paso del aire contribuye para el secado. La limpieza se debe hacer por lo menos una vez por semana para evitar la aparición de polvo en exceso.
¿Cuál es el cuidado periódico ideal para el mimbre?
Con relación al mantenimiento que se debe realizar en piezas de mimbre para mantenerlas en buen estado, debe hacerse por lo menos una vez al año. No obstante, lo más recomendable es realizar la restauración cada seis meses para mejores resultados. Esto aplica en el caso de que la pieza se encuentre en espacios al aire libre.
Debido a la limpieza con agua y jabón o la exposición al aire libre, la pieza de mimbre suele perder su brillo natural. Por ello, es necesario tener otros cuidados más allá de su limpieza para mantener una estética adecuada de la pieza.
Es importante pasar papel de lija por encima de toda la superficie del mimbre. Esta acción ocasiona una acumulación de polvo que debes retirar posteriormente con ayuda de una aspiradora.
Luego, se debe aplicar una composición de esmalte a base de agua. En la mayoría de los casos es de color transparente. La pieza tiene que ser cubierta con dos capas para tener un buen acabado. Además, para mayor resistencia es válido usar aceite de linaza.
¿Pueden aparecer impurezas en el mimbre?
De acuerdo con lo que hemos destacado antes, podemos afirmar que efectivamente cualquier pieza de mimbre puede acumular polvo y suciedad. De acuerdo con el tipo de espacio en el que se encuentre, están mucho más expuestas o no, a cubrirse con impurezas.
Mayormente, esto ocurre por causa del tejido que suele tener estas piezas lo cual facilita la entrada del polvo y acumulación del mismo.
En ocasiones al pretender limpiar el mimbre, incurrimos en el error de usar demasiada agua. Esto puede traer como consecuencia la aparición no solo de suciedad, sino de hongos o cualquier otro tipo de bacterias en la pieza húmeda.
Si evitas este tipo de malas prácticas, lograrás que no aparezcan impurezas de este tipo en tus piezas de mimbre. Si tienes en casa muebles de mimbre, lo más recomendable es resguardarlos en los días de lluvia y evitar colocarlos cerca de piscinas.
